Problemas para ir a la cama en la infancia
Escrito por pensament
Publicado el 11/10/2024
Muchos padres nos cuentan que la hora de acostar a sus hijos supone toda una odisea. Los/as niños/as en edad preescolar y escolar, a menudo, se resisten a irse a dormir, especialmente si tienen hermanos más grandes que aún están despiertos. También hay niños/as que por su personalidad y características intrínsecas les cuesta todavía más dormirse debido a que quizás son más activos y necesitan mucha más estimulación. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de un problema muy común en esta etapa, de hecho, afecta al 30% de la población infantil siendo los más frecuente las pesadillas nocturnas y el insomnio.
La buena noticia es que se trata de un problema que tiene fácil solución si se tiene paciencia y se aborda correctamente, por eso en esta lectura, os queremos proponer una serie de pautas y recomendaciones que aplicadas con rigor y constancia puede ser útiles a la hora de mejorar los problemas del sueño de los más pequeños.
En primer lugar, es necesario que naturalicéis los problemas a la hora de ir a la cama y dormir, cómo ya sabéis, se trata de algo muy común en los/as niños/as y que, en general, mejora con el tiempo y a medida que el/la niño/a se va haciendo mayor.
Algo muy importante a tener en cuenta es que los padres tenéis que tratar de mantener la calma en todo momento y no alteraros ya que, de lo contrario, el/la niño/a puede ponerse más nervioso y la situación puede derivar en una discusión y, por lo tanto, agravarse.
Por otro lado, hablar con el/la niño/a sobre la problemática puede ser de gran utilidad. La idea es empatizar con él/ella y tratar de entender lo que le ocurre, sin juzgarlo ni quitarle importancia sino validando sus emociones. Por ejemplo, una buena forma de iniciar la conversación puede ser: “Veo que estamos teniendo problemas a la hora de ir a la cama y dormir por las noches, me gustaría ayudarte y saber qué te ocurre”. Es importante validar las emociones del niño y hacerle ver también como os sentís vosotros, “entiendo que no tengas sueño, a veces a mí también me pasa, pero me preocupa que no duermas lo suficiente ya que es muy importante para tu salud”. En última instancia, podéis “pasarle la pelota al él/ella” de la siguiente manera, “De modo que te cuesta ir a la cama por la noche debido a que no tienes sueño, ¿Qué se te ocurre que podemos hacer para solucionar esta situación?” y dejar que él o ella nos de ideas que podamos aplicar.
En muchas ocasiones resulta más efectivo negociar con el/la niño/a que imponer, por lo que puede ser una opción tratar de pactar con el niño/a una hora para irse a la habitación, por ejemplo, las 23:00h. La idea es que el/la niño/a esté en la habitación metido en su cama a esa hora, aunque no esté durmiendo. Es conveniente que todos los miembros de la familia se vayan a su cama a la misma hora (padre, hermano, abuelo, etc) ya que de esa manera el/la niño/a entiende que no es algo que se le exija a él o ella, sino que es algo que todos hacen porque es importante y necesario.
También resulta fundamental establecer rutinas pre-sueño. Se trata de actividades que permitan desactivar el sistema nervioso del niño/a ya que es necesario para poder conciliar mejor el sueño. Es conveniente que no se use ningún tipo de dispositivo electrónico ni pantallas a partir de las 21:00h, en la cena, se puede comer sin televisión y buscar una conversación en familia. Tomar un baño antes de dormir también puede ayudar, otras actividades pre-sueño que se pueden llevar a cabo son tomar un vaso de leche, hacerle un masaje, leer un cuento, escuchar música relajante, practicar relajación, etc. Es importante que al principio los papás hagáis la rutina pre-sueño con el/la niño/a.
Otra alternativa es acostarse en la cama del niño/a y acompañarlo unos minutos mientras concilia el sueño. Mientras se esté con él/ella, se le puede hacer un masaje, tocarle la cabeza con suavidad, abrazarlo, etc.
Si el/la niño/a logra dormir una noche sin demasiadas trifulcas, le felicitaremos por ello (refuerzo), frases como “qué bien hemos dormido hoy”, “qué bien lo has hecho esta noche” o “estamos orgullosos de ti” pueden ayudar a motivarlo en su proceso.
Poquito a poco la conducta de los más pequeños mejorará si no desistimos. Sabemos que es agotador para los padres tener que visitar la habitación de vuestros hijos cada vez que éstos lloran, tienen pesadillas o directamente porque no quieren dormir. Recomendamos no tirar la toalla y no ceder a dormir con ellos durante toda la noche, así como no llevarlos a vuestra habitación, pues entonces seréis uno más de los papis que dicen: “¡Lo hemos probado todo y no funciona! Recordar que, para tener éxito, es muy importante cumplir y mantener las pautas hasta que mejore la conducta de vuestros hijo/a a la hora de ir a la cama.