Transtorno de pánico-agorafobia

Escrito por pensament

Publicado el 11/10/2024

Cada vez son más las personas que acuden al psicólogo aquejados de ansiedad. El trastorno de pánico con o sin agorafobia es uno de los problemas más comunes a los que los profesionales de salud mental deben enfrentarse día a día en su trabajo. Sin embargo, existe mucha desinformación y falsos mitos en torno a esta problemática. Por tanto, este artículo tiene como objetivo explicar qué es y en qué consiste el trastorno de pánico-agorafobia.

En primer lugar, debemos tener claro que esta problemática se trata como dos entidades diferentes. Es decir, el trastorno de pánico por un lado y el trastorno de agorafobia por otro (en el DSM-V se explican los criterios como dos problemas diferentes). No obstante, la mayoría de profesionales, manuales y libros lo contemplan de manera conjunta. ¿Por qué razón? En general, para que una persona padezca agorafobia necesita haber padecido trastorno de pánico con anterioridad. Es decir, al principio de originarse la problemática la persona sufre ataques de pánico (trastorno de pánico) en diversas situaciones, a las cuales con el tiempo, las evita (agorafobia). ¿Y por qué evita esas situaciones?Para que no le dé un ataque de pánico y sentirse mejor.

Para entender mejor la problemática vamos a definir qué significa el trastorno de pánico con o sin agorafobia.

Un ataque de pánico es la aparición de una cantidad de ansiedad desproporcionada y súbita. Lo que temen las personas que lo padecen es que les dé un ataque al corazón, desmayarse, ahogarse, perder el control, morir,… A estos pensamientos les acompañan sensaciones fisiológicas como taquicardia, calor, temblor, opresión en el pecho, tensión muscular, náuseas,…

Estas sensaciones provocan que la persona no quiera otra cosa que librarse del malestar, y para ello puede consultar a varios médicos, tomar psicofármacos, ir a un sitio seguro, ir a urgencias, buscar ayuda… En definitiva, cualquier conducta que haga que el ataque de pánico desaparezca.

Por tanto, lo que más temen estas personas es a las sensaciones físicas. Es decir, están atentos a cualquier sensación física que su cuerpo pueda tener, tales como pinchazos, mareos, falta de aire, tensión muscular… Y la realidad es que, la mayoría de sensaciones físicas a las cuales tienen miedo son reacciones normales y naturales del cuerpo provenientes de la digestión, de la menstruación, del ejercicio físico, del cansancio, de la falta de sueño, …

Por otro lado, explicaremos que es la agorafobia, ya que existe bastante confusión sobre esta problemática. Mucha gente cree que la agorafobia es el miedo a los espacios abiertos o públicos, lo cual es totalmente falso. En realidad, las personas que lo padecen tienen miedo a que les dé un ataque de pánico y se encuentren en lugares públicos o situaciones donde es difícil escapar o resulte embarazoso. Además, tienen un gran miedo a que les dé un ataque de pánico en un lugar donde nadie les pueda ayudar. Por ello, es lógico que, en la mayoría de los casos, para que exista agorafobia primero debe haber un trastorno de pánico.

Puesto que tienen miedo a que les dé un ataque en un lugar donde no pueden escapar, recibir ayuda o sería embarazoso, con el tiempo, comienzan a evitar multitud de situaciones, tales como, ir a restaurantes, conducir, hacer ejercicio físico, ir a centros comerciales, salir a la calle,… Pero no solo eso, sino que también realizan multitud de conductas de búsqueda de seguridad para sentirse mejor y a salvo, tales como, sentarse en un restaurante cerca de la puerta, salir acompañado, acudir a lugares cerca de casa,…

Como decíamos, el trastorno de pánico con o sin agorafobia es un problema muy común en la práctica diaria, por ello se ha realizado mucha investigación en torno al tema. En la actualidad, el tratamiento cognitivo-conductual es el que mayor eficacia ha demostrado hasta el momento.